El origen de Las Fallas se atribuye a la costumbre que tenían los antiguos artesanos y carpinteros de la ciudad con la llegada del buen tiempo, de quemar los soportes de los candiles (parots) con los que habían trabajado en invierno a merced de las pocas horas de luz natural, así como la madera sobrante de los talleres, apilando los tablones, vigas y demás material de carpintería. A esta costumbre se sumó la gente aportando a estas hogueras las cosas viejas de la casa que ya no tenían utilidad, como ropa y muebles en desuso.
A lo largo del s. XVII se sabe que en este alegre acto vecinal, motivado por una lógica espontaneidad, los vecinos solían disfrazar éstos parots con elementos caricaturescos parodiando a personajes populares, así como sucesos grotescos ocurridos en el barrio o hábitos inconfesables siempre desde un tono divertido. También a menudo ridiculizaban el sector burgués y el clero, que pronto manifestarían su desaprobación hacia esta costumbre.
Ya en el s.XVIII, esta “costumbre fallera” entendida en términos primarios, ya formaba parte de la festividad de San José, Patrón del Gremio de Maestros Carpinteros, celebrado el 19 de Marzo. El día 18 de Marzo en algunas vías urbanas aparecían peleles colgados en medio de la calle de ventana a ventana y los jóvenes y artesanos acumulaban el material para prenderle fuego al anochecer. La algarabía popular se daba cita junto al fuego para celebrar el fin del frío invierno y la llegada de los días de primavera cada vez más largos. Al día siguiente se cumplía con el deber cristiano de visitar la parroquia para hacer los honores al santo patrono.
En el s.XIX la costumbre convirtió la ubicación de estos monumentos improvisados en lugares fijos y ganó protagonismo la necesidad de satirizar la sociedad en la que se vivía. Estas fallas satíricas representadas en tono de humor, tomaban protagonismo con la erótica y la crítica social.
Ya en el siglo XX, se creó el Comité Central Fallero, origen de la actual Junta Central Fallera. Luego, en 1932, se instauró la Semana Fallera; un conjunto de actos que se celebran del 16 al 19 de marzo, fechas que todavía hoy se mantienen. Ya en esos años 20 se celebraban actos tan populares como la “Crida”, la exposición del Ninot, la Nit del Foc o las cabalgatas.
La Guerra Civil supuso un parón total en los actos falleros, pero en 1940 se fundó la Junta Central Fallera. No obstante, la dictadura de Franco no era un periodo propicio para la crítica social y la censura cayó de lleno en el mundo fallero. En esos años 40 empezaron a surgir las primeras Comisiones Falleras, muy similares a las actuales. En los 60, al socaire del boom del turismo nacional, las Fallas crecieron en presencia y en visitantes a un ritmo ya imparable que ha llegado hasta los tiempos actuales.
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