lunes, 14 de marzo de 2022

GASTRONOMIA FALLERA

    



AUDIOGUIA EN CASTELLANO



     Durante estas fiestas, se pueden degustar numerosos platos muy ricos y nutritivos.

     En primer lugar, me gustaría hablaros sobre la paella valenciana, uno de los platos estrella de esta zona, que estos días se convierte en el gran protagonista porque es una de las comidas más preparadas por los falleros en sus casales. Está elaborada a base de arroz, verduras de la huerta, costillas de cerdo, pollo y conejo. La paella no es solo el alimento en sí, sino la ilusión de pasarlo bien con familiares y amigos. 

    Otra comida típica valenciana es la cena de sobaquillo, una cena en los casales en la que cada fallero o fallera lleva su propia comida, habitualmente un bocadillo bajo el brazo. De ahí lo de sobaquillo. Este bocadillo se suele acompañar con papas, cacahuetes y altramuces, “tramusos” en valenciano. Es muy popular durante estos días porque, como los falleros y falleras están especialmente ajetreados con las fiestas, no tienen mucho tiempo para cocinar.

     No podemos olvidarnos de mencionar una de las bebidas más representativas del municipio, la cazalla. Se suele tomar antes de comer como aperitivo con la excusa de que abre el apetito. Es una bebida alcohólica hecha con anís seco que se puede beber o bien fría o del tiempo en un vaso de chupito acompañada con agua o mezclada con jarabe de limón, a lo que se le conoce con el nombre de “canari”, por su tono amarillento.

     Otra bebida típica valenciana que con la llegada del buen tiempo se puede encontrar en bares, cafeterías y heladerías es la horchata. Es una bebida hecha de chufas molidas, agua y azúcar que se suele tomar muy fría, ideal para estos días de primavera. Su nombre viene de una leyenda que cuenta que, tras probar el rey Jaime I esta bebida, preguntó que qué era y le dijeron que leche de chufa. A lo que el rey contestó en valenciano: esto no es leche, esto es or chata. Y de ahí vendría el nombre de la misma. Esta bebida se suele acompañar con fartons, unos bollos alargados dulces que se comen mojándose en ella.


     Y ya por último pero sin desmerecer uno de los dulces más tradicionales de nuestra tierra, los buñuelos. Un manjar elaborado con pulpa de calabaza al horno, levadura, harina y un poco de azúcar. Con esta masa se forman unas bolitas que se fríen con abundante aceite haciéndoles un agujero en el centro con los dedos. Una vez fritos se mojan con azúcar y ya están listos para ser devorados. Estos se pueden comer solos o con chocolate caliente


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